El debate sobre la victoria del Real Madrid ante el Manchester United y su clasificación para los cuartos de final de la “champions” es excesivo, repetitivo y cansino. Parece como si en ciertos sectores doliera que un equipo español consiguiera un resultado que sólo es un paso más en el camino de la “décima”. Antes de la final quedan aún dos eliminatorias a doble partido que será frente a equipos con las mismas legítimas aspiraciones que los merengues.
La expulsión de Nani es caso cerrado. Nada hará que cambie lo sucedido en Old Trafford. Se puede entender que en un primer momento se discuta una decisión arbitral que marcó el devenir del partido y que se debata sobre si la tarjeta era la roja mostrada o debió ser amarilla. Pero dedicarle al asunto horas de emisión el día del partido, el siguiente y otro, va más allá de cualquier tipo de racionalidad, entre otras razones, porque en la mayoría de los casos los tertulianos de anárquicos programas deportivos defienden sus posturas desde filias y fobias y con una lamentable pobreza de argumentos. En este asunto, importantes personajes del fútbol se han mostrado de acuerdo con la expulsión del jugador portugués y otros creen que sólo debió ver la amarilla, pero nadie niega la gravedad de la entrada.
Ahora se han abierto dos nuevos frentes. Uno, si Casillas volverá a ser titular en el Real Madrid cuando se recupere de la lesión que le apartó de los terrenos de juego o si Diego López, después de su buena actuación ante el United, se mantendrá como primer guardameta. Y dos, ¿seguirá Mouriño siendo entrenador del Madrid la próxima temporada?. Por mucho que estos temas se debatan no dejan de ser inconsistentes y especulativos. No hay noticia. Lo único cierto es que Casillas aún no ha recibido el alta médica y, además, tiene que recuperar su forma física y el ritmo de competición, mientras que Diego López, que llegó como una solución de urgencia, está superando lo que se esperaba de el. Por otro lado, José Mouriño no ha revelado cual va a ser su futuro inmediato, ni el Real Madrid se ha pronunciado sobre la continuidad o no de “special one”
Lo que ya parece indiscutible es que hablar del Real Madrid mueve las audiencias y resulta rentable. Y mientras más polémicos sean los temas, mejor. Esto da pie para que “postizos o retorcidos periodistas” den rienda suelta a sus neuras y se enreden en interminables discusiones banales con el agravante de pisarse unos a otros convirtiendo el presunto debate en un reprobable gallinero. Lástima que sea así y que quienes podrían aportar algo más por su formación y conocimientos caigan en la trampa del grito, la pasión y la mala educación. No hay que olvidar que también los medios audiovisuales son transmisores de buenos modos. Y el ejemplo que se da no es el mejor para todos, pero fundamentalmente para los niños y los jóvenes que se interesan por el deporte y todo lo que le rodea.