Con grandeza y humildad, Benedicto XVI renuncia al sillón de Pedro

benedicto

El mundo se ha conmovido ante el anuncio del Papa Benedicto XVI de renunciar a su pontificado para el cual fue elegido hace casi 8 años, el 19 de abril de 2005. Nadie se lo esperaba y la sorpresa ha sido mayúscula, incluso dentro de la curia romana. Del breve texto leído en latín, sencillo pero profundo, con el que dio a conocer su valiente decisión y las razones que la justificaban se puede destacar este párrafo: `en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado´. Con humildad, Benedicto XVI reconocía así la necesidad de un  Papa más joven que afrontara con energía los grandes retos que tiene la iglesia católica.

El Santo Padre llevaba tiempo meditando su renuncia, según ha revelado su hermano, también sacerdote, especialmente después de su viaje a Méjico y Cuba, tras el cual los médicos le aconsejaron  que lentificara sus desplazamientos por razones de salud. Su decisión es producto de horas de oración y diálogos con Dios y de la coherencia que caracteriza cada uno de sus actos. Antes de ser elegido para ocupar el sillón de Pedro había manifestado que el Papa tenía el derecho y el deber de renunciar si no se sentía espiritual y físicamente fuerte para cumplir su misión. En un documento de 2010 afirmó que un Papa puede dimitir `en un momento de serenidad, no en el momento del peligro´ y añadía que sentía como iban disminuyendo sus fuerzas y que el trabajo que exigía el cargo podría ser excesivo para un hombre de 83 años.

Benedicto XVI es el cuarto Papa que renuncia. Con anterioridad lo hicieron Benedicto IX, elegido en 1032, Celestino V que dimitió en 1294, cinco meses después de ser elegido, por considerar que no tenía la experiencia suficiente para manejar los asuntos de la iglesia, y Gregorio XII en 1415 como solución al Cisma de Occidente que abría el poder de la iglesia a otros dos pontífices, uno en Avignon (Clemente VII) y otro en Roma (Urbano VI). Benedicto XVI ha cumplido con la comunicación pública, voluntaria y libre de su dimisión que se hará efectiva el 28 de febrero a las 20 horas de Roma, momento en el que presentará  su renuncia oficial al Colegio Cardenalicio, órgano electoral y supremo de la iglesia católica.

Durante su pontificado, el Santo Padre ha publicado tres encíclicas. La primera “Deus Caritas Est” ( 2006) en cuya introducción vierte una bellísima reflexión:  `Dios es amor, quien está en el amor habita en Dios y Dios habita en él´. Vendría después “Salvados en la esperanza”, un texto que suscita un ansia de eternidad.  En su tercera y última encíclica, “Caridad en la verdad”, indica que `la fuerza más poderosa al servicio del desarrollo es el humanismo cristiano´.

Su último libro publicado es “La infancia de Jesús”, en el que sostiene que las narraciones de Mateo y Lucas son `historia real y sucedida, interpretada y comprendida sobre la base de la Palabra de Dios´. Es el volumen que completa la trilogía sobre la vida de Jesús de Nazaret, aunque cronológicamente es el primero.

Joseph Ratzinger siente un especial cariño por España. Siendo Papa visitó 3 veces nuestro país, aunque con anterioridad había sido invitado para dar lecciones o conferencias. El  8 de julio de 2006, atendiendo la petición del Rey Don Juan Carlos, asistió al Encuentro Mundial de las Familias en la Comunidad Valenciana. En noviembre de 2010, el Santo Padre visitó Santiago de Compostela con ocasión del año Jacobeo y Barcelona para la consagración de La Sagrada Familia de Antonio Gaudí. La última vez que estuvo en España fue del 18 al 22 de agosto de 2011 con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid (JMJ).

Benedicto XVI que empezó su papado diciendo que era `un simple y humilde trabajador en la viña del Señor´ pasará a la historia como uno de los grandes intelectuales de nuestra época, un brillantísimo teólogo y un pontífice cercano y humilde que supo comprender la realidad de un tiempo difícil, muy difícil, en el que la crisis de fe era evidente como el avance del laicismo y la hostilidad  a la iglesia. Su respuesta, sin duda, tendrá continuidad con quien le suceda en el sillón de Pedro: Jesús en el centro de la fe en Dios que es amor. Los católicos hemos quedado comprometidos con  la idea de una “Nueva evangelización” y el “Año de la fe” que nos lleva a dar testimonio de que no estamos solos y que en nuestro caminar tenemos la mano amiga de Cristo que nos guía. `La iglesia – dice Benedicto XVI – es el árbol de Dios que lleva consigo la simiente de la vida eterna´.

Se va Benedicto XVI a los 86 años,  con grandeza y humildad, a un Monasterio de clausura a orar y a meditar. Que sus oraciones nos impulsen a cumplir la misión que ahora tenemos: la difusión de la verdad en el amor a través de los evangelios.Sólo así será posible la libertad, la justicia y la paz.

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