Con grandeza y humildad, Benedicto XVI renuncia al sillón de Pedro

benedicto

El mundo se ha conmovido ante el anuncio del Papa Benedicto XVI de renunciar a su pontificado para el cual fue elegido hace casi 8 años, el 19 de abril de 2005. Nadie se lo esperaba y la sorpresa ha sido mayúscula, incluso dentro de la curia romana. Del breve texto leído en latín, sencillo pero profundo, con el que dio a conocer su valiente decisión y las razones que la justificaban se puede destacar este párrafo: `en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado´. Con humildad, Benedicto XVI reconocía así la necesidad de un  Papa más joven que afrontara con energía los grandes retos que tiene la iglesia católica.

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